LA CASA DEL CAFE


   Nos invitaron a conocer un establecimiento "agrícola" dentro de la ciudad. Así que la jauría nos fuimos al sector de los Robles, en plena capital, propiamente detrás de la empresa Claro, y ahí mismo habbía una infraestructura de dos plantas, y no hablamos de "plantas" del reino vegetal, sino de dos niveles.  En el primero, hay un pequeño aposento con aire acondicionado, y una recepción para quienes desean llegar, ordenar e irse.

   En el segundo nivel, que pareciera que fuera el primero, se encuentra el salón en forma de escuadra que se asemeja al zaguán de las rústicas hacienda cafetalera del sector norte del país, poblado de abanicos en el cielo raso.  Realmente no hace falta porque la frescura del aire ingresa a manos abiertas por la arboleda cercana.  Llegamos a la hora del desayuno y como para tener mejor visión del menú, solicitamos los combos.  El desayuno sampler, americano y unos panqueques. 



Los huevos fueron solicitado entero, frito y la yema bien cocinada. El gallo pinto estaba bien presentado no aceitoso ni tampoco frito y con un gusto a casa.  Se pidió con tortilla, y muy amablemente llevaron más de una, porque uno de los guatos es bien comilón. El queso frito y aún así con crema, o sea, que desnaturalizamos el plato y lo hicimos a nuestro gusto con la complacencia de los anfitriones.

    En el otro plato, las tocinetas no estaban quemadas, como en muchos lugares, la porción era banal, aunque se hubiera preferido un trozo más, en fin, no hay que quejarse, estuvo muy buena.

   Los panqueques (2), no eran pálidos ni tampoco oscuros, sino termino medio y esponjoso, lo importante.  Lo sabroso fue el maple (la miel) que no era la única opción, sino también le sirven un evanse por aparte con miel de abeja, para cualquiera de los gustos.  La compañera innundo a los panqueques, que necesitaban de los salvavidas de baywatch. El jugo de naranja de algún producto de cajita, no era natural.

    Té helado igual de algún tipo de marca comercial y la jamaica, un poco ácida pero no se puede pedir más allá de la propia hoja.  Los precios están cómodos, entre 120 a 140 córdobas, con el IVA.   El salonero muy amable, bueno parece que además de nosotros, habían cuatro mesas más, todos son así, porque una dama también estaba esmerada por saber lo que deseábamos. Así que aceptamos regresar a la hora del almuerzo para probar la oferta del plato ejecutivo de $5 dólares.



   A eso de las 12:45, regresamos.  Siempre escépticos sobre las ofertas de poco dinero, lo primero que nos encontramos es que las porciones son pequeñas, no esperen cosas inmensas, pero, porque siempre hay un pero, la comida es buena, sin lugar a duda. Decidimos solicitar tanto pollo como el beefsteak y una ensalada.  El llamado philli, que es steak, estaba sabroso, no olviden que los caninos nos morimos por un buen pedazo de carne, y este envuelto en un pan tipo español, con queso y chiltomas, estaba para chuparse los dedos. Y eso que somos exigentes. Acompañados de papas no a la francesa sino más bien tejanas. 


  El llamado Mediterraneo, tenía como salsa bbq que rodeaba el pollo, y hacía el juego entre el pan, y los acompañantes. Entre todos sacrificamos para probar y nos dimos pedazos de una cosa y de otra. Mmmm, estaba realmente delicioso el condenado.  No era un pollo cualquiera, sino como a la plancha, aprovechando sus jugos al cocinar que lo hacían tentador, dentro de la suavidad de la pechuga y no de cualquier parte del pollo.  La ensalada si fue el punto negro, porque no tenía vida, los vegetales estaban tristes. Si eran crutones lo que se sirvió, no eran tan frescos ni tostados como se esperaba. Se mejora con el aceite de oliva.


  Sin lugar a duda, lo que si no se pudo dejar de pedir, era el café.  Aquí nos turnamos. Unos con el café caliente y otros, con las bebidas frías a base de café. El Capuccino y un expreso. Mmm, el aroma a café invadía el lugar, guau, guau.  En frío, el frapuccino y el Ice coffe.  Y otro de los compañeros, se pidió un fruit punch frozen al mejor estilo de la Casa del Café. Sin lugar a duda fue una grata experiencia, que nos llevo a quedarnos hasta las 2 p.m.



  Les recomendamos hacer una pequeña parada por la Casa del Café.  Además tienen el servicio de Internet wifi, sin costo adicional. Solo deben solicitar el código y a navegar se ha dicho. Siempre tenemos nuestra laptop perromovil para hacer los apuntes en el acto.  El problema es que lleven sus baterías porque solo hay pocos tomas eléctricos disponibles.  Así que te gusta trabajar tranquilo acompañado de unas pecanas y una taza de un sabroso café. Entonces si es el lugar para ti.

   A la Casa del Café, le damos los cinco ladridos por la atención, punto de comida y buen ambiente. Hasta la próxima amigos perrunos.






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