SUSHI ITTO COCINA JAPONESA EN MANAGUA


 Tal y como lo prometimos, nos dimos una gira a la parte norte de la capital, propiamente a la zona viva de Galería Santo Domingo, en las inmediaciones de la rotonda Jean Paul Genie.  Esta vez fue el turno para el restaurante Sushi-Itto. 

   Atendiendo a la oportuna publicidad que ellos realizaron por Facebook, quisimos averiguar acerca de la oferta de 2 x 1 en rolling  - como dijo la querida Tina Turner – “Rolling on the river”.  En la hora de almuerzo todo en roles, se encuentra al 2 x 1; es decir, come dos platillos y cancelas el de mayor costo.

    Hicimos la prueba, aprovechando también la oferta de 2 x 1 en Margaritas.  Y éste predomina todo el día, no solo a la hora del lunch.   Pedimos la tradicional Margarita de limón, y también una de las especialidades, la Margarita de Mango, aunque hay otros tres sabores más.




    Sin lugar a duda nuestras felicitaciones al bar tender, porque las bebidas estuvieron fenomenales, y decimos que ellos así estuvieron, porque no duraron mucho en los vasos.  De los vasos a la boca, en un santiamén. Y no, no somos alcohólicos, sino que somos amantes de lo bueno, y sin lugar a duda, las Margaritas en Sushi-itto, tienen nuestra bendición.


   Bien, llegado el momento, pedimos un Otoñito – plato dulce – y un Confeti – plato salado - , con el peculiar aguacate, cangrejos o camarones, y toque de queso, en los diferentes platillos.  Incluyendo el jengibre y crema. Si es la primera vez que degustas el sushi, te sugerimos probarlo en Sushi-Itto, ya que después de digerir con salsa de soya, al final pareciera que no te has llenado. Así de dietético es, por la combinación de olores y sabores que no intoxican al estomago.


    Como postre decidimos probar un platillo diferente a los conocidos helados y así nos llego el Lenchee, a como nos relataron, helado de mamón chino. Así como lo oyen, digo, lo leen.   Se sirvieron en un plato bellamente decorado de hojaldra con tres bolas de helados con una mezcla de sabor ácido y dulce, pero frío como si hubiera estado dormitando en una cámara criogénica.  La experiencia fue agradable y deliciosa.

     La nota pimienta de la visita lo fue la falta de organización en la atención. Sentados debidamente en una mesa a nuestra llegada, los meseros iban y venían sin aún el lleno debido del interior, sin que nos preguntaran sobre nuestro pedido. Así que hicimos como Rodrigo de Triana, al descubrir tierra, levantar la mano y solicitar la colaboración para que nos tomaran la orden. Fue una suerte que quien nos atendiera fuera Marvin.


     Él parece conocer el menú de pie a cabeza, así como el procedimiento de preparación de cada ítem al dedillo, pues fue quien más nos permitió conocer en relación a los platillos, ofertas y bebidas del establecimiento.  En cambio los otros chicos tienen buena voluntad de servicio pero aún les falta mayor estudio del menú y su contenido.

     De un momento a otro, se rompieron los juegos, y el negocio se llenó. Hay  cuatro mesas para servir en persona el Tepenyaki, con una cocinera menos risueña, concentrada en preparar frente a ustedes, arroz mixto con mariscos y verduras, al mejor estilo del barrio chino en San Francisco. Le sugerimos a ella que esboce una linda sonrisa mientras los comensales observan con horror como las llamas del fuego se levanta en ocasiones mientras cuchillo y pincho, se entrecruzan con los ingredientes al ritmo del crujiente aceite y los chispazos de la flama.
     En cuanto a postres curioso, encontramos la tempura de manzana, que según nos comentaron proviene de Europa, entre fritura del pan y un helado de sabor en medio. Pero será en otra ocasión que lo probemos.

      Los precios de la comida y bebida, son accesibles y módicos, para el bolsillo del nicaragüense.  Ya es costumbre que todo en Nicaragua, este dolarizado, salvo los salarios, pero no hay que temer si se busca las 3 “b”: bueno, bonito y barato. Y agregaríamos lo exótico en una parte de la comida asiática en la capital.


     Bien, felicitamos a Sushi-Ito, a Andrea, quien nos regaló una sonrisa al final de la atención, por atender nuestras inquietudes. No hubo queja alguna y vale la pena en realidad, pasar un buen agradable momento en un ambiente tranquilo y amistoso, sea en pareja, familia o amigos, en un rincón de Managua.

     Para Sushi-Ito, le concedemos los cinco ladridos de excelencia. Y ahora, los sabuesos comenzaremos una nueva búsqueda entre las cuatro esquinas de Managua, para llevarlo a nuestros queridos y atentos lectores.  Hasta la próxima, guau, guau, guau.

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